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El encuentro, ¿somos todas?

Como participantes del taller de activismo lésbico del XXV EncuentroNacional de Mujeres decidimos hacer circular nuestro repudio y denunciafrente a dos situaciones particulares que consideramos sumamente ofensivas ydiscriminatorias.
En primer lugar, repudiamos las declaraciones de la Comisión Organizadoradel encuentro, en las que se atribuyeron el poder de decidir quiénesparticipan y quiénes no de los encuentros, en este caso negando laparticipación a las compañeras travestis y trans. Consideramos que si elencuentro como tal jamás tomó una postura acerca de qué es ser mujer yquienes son mujeres, una comisión organizadora no puede atribuirse elderecho de decidir por treinta mil mujeres quiénes son las “verdaderas”, lasmás legítimas o las reales, mucho menos quiénes tienen el acceso permitidopara participar.
En la lucha por eliminar el sistema héteropatriarcal convergemos lesbianas,bisexuales, heterosexuales y activistas feministas de múltiples sectores delucha. Creemos que en esa lucha nos unimos todas, y consideramos como unamínima señal de respeto aceptar la identidad de género que cada unx eligellevar, por lo tanto negar la participación de estas compañeras es actuarcomo “la policía del género”, atribuyéndose un poder que ciertamente notienen.
La segunda situación que queremos denunciar es que nuevamente el taller deactivismo lésbico no contó con coordinadora. Con esto no queremos decir quela presencia de una coordinadora sea indispensable para el desarrollo de lostalleres, tal como lo demuestra la experiencia de este año. Sin embargo, quese asigne coordinadora a algunos talleres por sobre otros da cuenta de lapoca importancia que se le otorga a este espacio. Por otro lado, cabemencionar que al momento de entregar las conclusiones, se nos restócredibilidad porque las hojas no estaban firmadas por la coordinadora:inexistente. Y esto no es nuevo, el año anterior, en el ENM que se realizóen Tucumán, la situación fue la misma, con la diferencia de que en aquellaocasión no solo no había coordinadora, sino que la información respecto alas aulas en las que se desarrollaría el taller de activismo lésbico fueconfusa, tanto así que terminó por no llevarse a cabo. Creemos que estasreiteradas actitudes desde la C. O. Invisibilizan este espacio y son unaforma violenta.
Rescatamos el valor del taller de activismo lésbico como un espacio parareflexionar e intercambiar sobre las diferentes problemáticas propias de laslesbianas. Encontramos a los ENM, actualmente, como el único espacio en elque confluímos lesbianas de distintos puntos del país, por lo tanto, estosintentos de saboteo hacia este taller nos invisibilizan y no hacen más queempañar la imagen de democratización, pluralidad y horizontalidad que,desde siempre, se han alzado como los estandartes de los ENM.
Recordando el sentido crítico que hace a la misma dinámica de cada uno delos encuentros, compañeras, no sigamos cayendo en la reproducción de ladiscriminación y la opresión del mismo sistema violento contra el que cada año nos levantamos.

Taller de Activismo Lésbico XXV ENM - 2010

En el marco del futuro debate respecto a los proyectos de ley de identidad de género, quisimos compartir el material que algunas organizaciones pusieron a circular para sumar al debate.
Primero, un video que se armó para las jornadas de despatologización de las identidades trans del 23 de octubre.
Y luego, un pronunciamiento sobre el proyecto de ley de identidad de género realizado por activistas trans del país que se unieron como frente trans militante (*)

(*) se pueden enviar adhesiones a la dirección frentetransmilitante@yahoo.com.ar



Comunicado del frente trans militante al respecto de la Ley de Identidad de Género

Las personas abajo firmantes, activistas trans* de Argentina, queremos hacer públicas nuestras preocupaciones:

1. Nos preocupa seriamente la exclusión sistemática de voces trans* del proceso de elaboración y negociación política de los proyectos de identidad de género y de atención sanitaria actualmente en discusión en nuestro país. Esta exclusión margina a un amplio número de activistas trans* sobre bases tales como la distribución geográfica, las convicciones políticas y la identidad de género (puesto que hasta el presente los hombres trans* hemos ocupado un lugar por demás secundario). Creemos con firmeza que este proceso debe ser convocado y coordinado por activistas trans* provenientes de todas las provincias, comunidades y organizaciones de nuestro país, y que las alianzas políticas que se establezcan deben tener como precondición el respeto por nuestra diversidad, por nuestra visibilidad y por nuestra palabra.

2. Nos preocupa que el reconocimiento legal de la identidad de género se presente como la necesidad principal de nuestras comunidades, en desmedro del derecho a la expresión corporal del género. Para muchas personas trans* el acceso a cirugías, hormonas, prótesis y otros procedimientos se vincula de manera directa con su libertad de expresar corporalmente su género. Este acceso debe ser incluido como derecho –y jamás como obligación- en cualquier instrumento legal destinado a regular el reconocimiento legal de la identidad de género en Argentina. Una futura ley de identdad de género que separe el reconocimiento jurídico de la posibilidad de expresarla corporalmente a través de cirugías, hormonas, prótesis y otros medios tecnológicos no solo implicará retroceder respecto de fallos judiciales anteriores, sino también desentenderse de las violaciones a los Derechos Humanos que tienen lugar cada vez que las personas trans* somos forzadas
a acceder a esos medios por nuestra cuenta.

3. Nos preocupa la negociación política de un proyecto de ley que incluye la creación de una “Oficina de Identidad de Género” destinada a evaluar nuestras solicitudes de reconocimiento. La creación de esa oficina replica uno de los peores rasgos de nuestra situación actual: nuestro sometimiento. Puesto que ambos proyectos legislativos hablan de la identidad de género como “autodefinida”, ningún comité experto puede arrogarse la capacidad de evaluar aquello que, por definición, le corresponde definir a cada persona. El funcionamiento de una oficina tal implicará para nuestras comunidades la repetición legalizada de la violencia.

4. Nos preocupa que el reconocimiento de la identidad de género se presente como la única deuda –o lo que es peor, la deuda principal- del Estado argentino para con nuestras comunidades. El Estado nos debe educación, vivienda, trabajo, salud, libertad. También nos debe una reparación de las violaciones a los Derechos Humanos que hemos sufrido y sufrimos todos los días. Ni los proyectos de ley ni sus fundamentos muestran de qué modo el reconocimiento legal de nuestras identidades de género modificará de manera efectiva nuestra situación material.

5. Nos preocupa que el reconocimiento legal de la identidad de género se presente en los términos de una reasignación de sexo. Los proyectos de ley en discusión no se han hecho eco de la diversidad de identidad de géneros efectivamente existente en Argentina: solo se plantea el reconocimiento de dos sexos, varón y mujer –lo que excluye, por ejemplo, a la identidad travesti.

6. Nos preocupa el vaciamiento de la lucha política trans*. Los proyectos de reconocimiento legal de la identidad de género y de atención sanitaria desconocen y desarticulan la lucha histórica del activismo político trans* en Argentina. Esa lucha mantiene hasta nuestros días la necesidad de pelear, al mismo tiempo, por la despatologización, la descriminalización y la desestigmatización; por el reconocimiento y por el pleno acceso; por el desmantelamiento de la represión estatal y la afirmación de nuestra subjetividad política.

Es por eso que desde este espacio convocamos a un diálogo nacional trans*, única instancia capaz de formular un proyecto colectivo y consensuado de ley de identidad de género y de producir un proceso político que nos afirme.


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